Ronda los 40 pesos el costo del kilo de huevo en muchos estados de la república mexicana, y la "canasta básica" inconseguible, es un membrete conveniente, la marca infamante del desprecio del gobierno mexicano y su "clase política" para con el pueblo de México. El salario mínimo en la zona que comprende el altiplano es de alrededor de 60 pesos, y el aceite, la leche, el huevo, el jitomate, la cebolla ya parecen artículos de lujo.
Los mexicanos estamos secuestrados, días han pasado y pasan más días y los mexicanos azorados miramos la impotencia, complicidad (o peor aún, la indolencia) de las autoridades. Nada pueden los que pueden contra los especuladores del precio de huevo, nada pueden respecto de los más de 60 mil asesinatos, nada quieren poder. Los asesinados y los que se mueren de hambre somos la masa esclavizada, inerme.
Hay que tener huevos o suerte para vivir en este país. Huevos para la vida diaria, incosteable, una vida que avasalla la tranquilidad, una vida que no es vida. Y suerte para no caer en desgracia mayor, dígase enfermedad, o cualquier relación con el sistema de justicia.
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