domingo, 11 de mayo de 2008

Universidad de Brown




De entre los jardines de la Universidad de Brown en Rhode Island, Estados Unidos, hay uno que llamó mi antención fuertemente. Éste donde los árboles rosados florecen y un hidrante, elemento útil, humano, que podría simplemente permanecer en su utilitarismo y funcionalidad ahí en medio de los árboles, se destaca por el color. Las universidades no pueden ser espacios de conocimiento, de transmisión sin serlo también de bienestar. Los campii con sus fuentes, monumentos, jardines, bancas, árboles dejan de ser parques, dejan de ser edificios esparcidos en el verdor. Las veredas, las miradas de los estudiantes por esos lugares, sus rastros hacen de las universidades espacios simbióticos donde paisaje, edificios, estudiantes, profesores, libros crean un circuito vital. Al menos para algunos así habitamos los espacios y nos sentimos habitados por ellos. He repetir aquí una anécodta que escuché sobre George Steiner, quien al ser invitado a una universidad japonesa se sintió sobrecogido en cuanto llegó al país, donde no sólo el idioma sino toda la concepción del mundo le eran ajenas, así que una vez que fue llevado a la universidad donde se le mostró su cubículo y su máquina de escribir, pudo exclamar: "¡Estoy en casa!"
He aquí algunos rincones de nuestra casa de Brown.




Aquí, el mismo hidrante en otro momento; luego la torre de reloj vista desde la Biblioteca y finalmente una de las muchas bancas mohosas del campus, que según la Encyclopedia Brunoniana, fueron donadas en 1990. Éstas tienen una inscripción latina, invitadora al reposo o alusiva al descanso o la contemplación y al recuerdo; notable es que las bancas y otras instalaciones en muchas universidades estadunidenses sean gestos de agradecimiento de algunos, donaciones o servicio comunitario que no sólo encajan en el paisaje, sino que colaboran a que la Universidad de Brown "crezca", se "ensanche", como si los donadores lo supieran desen crecer con ella, y de mejor manera permanecer. Estas acciones son parte de la vida universitaria desde sus inicios medievales, el tema de la "responsabilidad social" de las empresas no es pues, para lamento de muchos que viven sólo en el presente, un tema de actualidad.






Cuando las universidades irradian vida, quienes vivimos en ese lampo no dejamos de sentir que de una casa a otra hay distancias, comodidades, detalles que aunque diferentes nos hacen sentir en casa, porque es justo el lampo vital que desprenden eso que reconocemos los universitarios.



































2 comentarios:

Danner González dijo...

Mariana, visitando el blog de Brenda Ríos me encontré con el tuyo que me ha gustado por su frescura, sus fotografía y tal y tal. Y como yo creo en la Maga (aún creemos en la Maga, aunque ¿la encontraremos alguna vez?) heste holiveira hi sus hejemplos, he decidido agregar un link en mi blog para este sitio. Un saludo y nos seguimos leyendo.

Fray Lauro de la Vera dijo...

Vaya, bonita reflexión. Quiero ser como tú.